En estos últimos días se cumplió el aniversario de Google –uno de los mágicos nombres de “buscadores”, por donde ingresamos –sin fronteras- al conocimiento e información universal.. Comentando al respecto, el tema derivó al uso generalizado de Internet y el enorme atractivo que los juegos por computadora tienen para la juventud actual. Luego, me enteré que aquí, en Trujillo, diversos centros preescolares vienen usando softwares educativos como instrumentos de aprendizaje.
¿Softwares educativos en jardines de infancia? Tomado por sorpresa, se reforzó en mí la sensación de estar viviendo entre dos tiempos. Soy partícipe de una cultura nueva y sorprendente a la cual quienes son de una generación como la mía accedemos a tientas, pero que es completamente natural y coherente para los niños y la juventud. El gigantesco cambio cultural de hoy –amenazante para aquellos que crecimos bajo otros paradigmas- nos hace parecer que el proceso histórico ha culminado una etapa pero también que una nueva era está ante nosotros.
Los docentes que –como en mi caso- nos formamos en una cultura diferente, la cual aún tenía como valores al tiempo y al espacio, tenemos la responsabilidad de adaptarnos a los nuevos lenguajes de un desarrollo tecnológico que somete todo a la imagen y la instantaneidad. Y es que si antes concebíamos el hecho educativo como una acción fundamentada en la interacción humana, hoy la realidad parecería indicarnos que esta ya no es imprescindible: el aprendizaje puede ser directo con el uso de tecnologías virtuales de manejo de la información.
Este hecho cobra cada vez mayor fuerza: universidades virtuales bibliotecas virtuales, ¡docentes virtuales!...se comenta en el futuro docente como el de un programador educativo. Es un mundo difícil el que le toca al educador de hoy, sobre todo en los países en desarrollo, con todas las carencias que implica. Sabe del nuevo enfoque educacional centrado en el alumno pero no está lo suficientemente capacitado para manejar las técnicas que le permitan hacer efectiva y eficiente su labor. Cómo construir una educación realmente humana a partir de esta absorbente, indispensable y temible tecnología es uno de los grandes desafíos educacionales.
El impacto de la tecnología virtual en los niños asume un carácter mágico a través del juego. Fuente de todo aprendizaje temprano, es a través del juego cómo el niño expresa y comprende sus vivencias personales y sociales: adquiere y asimila un sinnúmero de destrezas y actitudes; desarrolla capacidades de interacción y comunicación y fortalece su sentido de autonomía. El juego le permite liberarse de los límites dados por el tiempo, el espacio y la realidad. Más aún: puede recrear la realidad.
Pero el contexto romántico de los juegos de nuestra generación ya no es más. Hoy son otros los juegos y es otra la manera de aprendizaje de los niños. En nuestros días, los niños pasan gran parte del tiempo frente al televisor o la computadora, fascinados por los juegos informáticos. Al jugar en la computadora, el niño ingresa a un mundo de magia y descubrimiento: explora lo desconocido. “Aprende a pensar” y a tomar decisiones, construyendo mundos insospechados para las generaciones anteriores. Es así imprescindible implementar un nuevo proceso escolar que use esta tecnología como arma de motivación para humanizar y dar significación al proceso de aprendizaje y no lo convierta en el resultado de una fría programación. En el caso de los niños preescolares, esta propuesta es aún más desafiante.
Existen softwares educativos para niños entre 2 y 6 años y aún de 18 meses. Sin embargo hay una serie de deficiencias y carencias. Estudios en los Estados Unidos indican que solo un 25% de estos programas son educacionalmente efectivos. Muchos softwares solo son herramientas que manipulan el aprendizaje y no contribuyen a formar seres auténticamente independientes. El reto estriba en diseñar softwares educativos que hagan posible que el niño sea verdadero artífice de su propio aprendizaje. Softwares con un contenido verdaderamente formador y un sugerente diseño de las imágenes, que remarquen el sentido de variedad; la adecuación secuencial de las tareas y el tratamiento de los errores; la adaptación a las actividades sicomotoras; el desarrollo del lenguaje y el fortalecimiento de valores sociales positivos, pero siempre orientando y nunca definiendo las actitudes y el pensamiento. Hecho que precisa de un efectivo programa de capacitación tecnológica docente.
Buen número de centros preescolares privados trujillanos usa la computadora como medio didáctico. Pero a esta posibilidad accede solo un grupo privilegiado. Necesitamos estrategias que compensen las desigualdades educativas producidas por las diferencias socioeconómicas. El país no puede darse el lujo de mantener la brecha tecnológica entre sus propios ciudadanos. Si el Proyecto Huascarán propone la difusión de computadoras, en especial en escuelas rurales, todavía no tenemos indicadores precisos sobre una comprensión apropiada del proceso. Obviamente, el uso de Internet no es una panacea para mejorar el nivel educativo pero es un inicio para la adecuación al momento.
No tenemos tiempo. No es el caso alcanzar el futuro porque el futuro es algo que ya estamos viviendo. Al reto de la elaboración y aplicación de estrategias de capacitación y actualización docente, se une el de políticas para una revaloración del magisterio nacional, que hagan comprender a los docentes que se hallan ante un emocionante proceso de descubrimiento y encuentro con un nuevo tipo de alumno; una nueva forma de preparar y desarrollar las clases; una nueva escuela. El estado tiene que hacer posible que los docentes puedan acceder a los bienes y servicios de la nueva tecnología, enriqueciéndose como personas y profesionales. Esta requiere comprenderse como una posibilidad ética para el mejoramiento del proceso de aprendizaje y un extraordinario medio de estimulación para los niños.
La capacitación –no solo en el uso de medios sino, sobre todo, metodológica y didáctica- ha de estar concretamente relacionada con la realidad. Tarde o temprano, la política educativa debe flexibilizarse hacia la gradual autonomía regional hasta los centros educativos. La regionalización política no tendrá lógica si no es acompañada de una reelaboración curricular según las diversas realidades regionales. El sistema nacional de información educativa debe extenderse y cubrir todo el territorio nacional, permitiendo a los docentes del país intercambiar experiencias y proponer alternativas de solución hacia un currículo abierto, en el que tanto la radio y la televisión sean medios a usarse creativamente. Vivimos un momento decisivo para la formación del capital humano de nuestra población, responsabilidad que, como siempre, debe estar compartida entre la familia y la escuela.
Son planteamientos que pueden dar la sensación de ilusorios para este desconcertado país nuestro. Pero es así como se forjan las realidades y es imperativo colocarnos hoy en la circunstancia de imaginar y proponer acciones hacia la construcción del futuro. Un futuro en el que hayan disminuido para los niños las desigualdades en las oportunidades en el aprendizaje dentro de este globalizado mundo nuestro.
En este tiempo actual los alumnos para realizar eficientemente sus estudios están empleando métodos de tecnología avanzada como es el caso de las computadoras ingresando a los distintitos buscadores que ahora se pueden acceder e incluso se vienen empleando métodos de alta tecnología en la enseñanza del docente desde la niñez, la juventud y el ámbito profesional, el aprendizaje por parte del alumno puede ser directo con el uso de la tecnología virtuales en el manejo de la información, cobrando mayor esfuerzo e universidades , bibliotecas , centros educativos , instituciones donde el docente solamente es el guiador y el alumno es el buscador, este método de información cubre todo el territorio nacional permitiendo a los docentes del país intercambiar experiencias y proponer alternativas de solución hacia un currículo abierto
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